El Día de la Escucha invita a una reflexión sobre el acto y los beneficios del proceso de escuchar. Más allá de ser el pilar de la comunicación, no se trata sólo de oír, la escucha es presencia, es compañía, es compartir, es una mirada amiga, una mano tendida y un hombro de apoyo. Se convierte así en un acto terapéutico natural.
La escucha es la base de las relaciones humanas en un mundo frenético. Y cada vez nos hace más falta parar un poco, más cafés y más tardes de paseos al sol en buena compañía. En estos momentos que atravesamos, cobran protagonismo la soledad, la fatiga, el cansancio y la nostalgia. La escucha entre nosotros y nosotras es la receta, practícala en presencia, por teléfono, por videoconferencia, pero practícala.

La naturaleza es sabía, y como dijo Epicteto, nos dio dos orejas y una boca para que escuchemos el doble que hablamos. La escucha es un bien básico, un regalo basado en el respecto que no requiere de estudios ni carreras universitarias, sólo del arte de entregarte al momento en compañía, con apertura y amabilidad.
Escucha, comparte momentos, con personas conocidas y desconocidas, escucha a tu familia, a tus amistades. Esto genera relaciones positivas y enriquecedoras. Cada vez hay más personas que se encuentran solas, aisladas, tal vez no te hayas dado cuenta, pero en una puerta vecina, en tu trabajo, en la peluquería, hay alguien que espera ser escuchado. Tú tienes la herramienta que necesita.
Para conmemorar este Día de la Escucha, te invitamos a que pruebes, experimenta y si no tienes a quien escuchar, escucha al entorno, los sonidos de la naturaleza o al silencio, su percepción y su comprensión tal vez te sorprendan.
Lidia A.
Deja una respuesta