Movimientos corporales suaves – Acariciar con la mano

El ejercicio de los movimientos corporales suaves con atención plena utiliza las sensaciones producidas por los movimientos de ciertas partes del cuerpo como anclaje para atraer la conciencia al momento presente. 

La práctica de estos movimientos se puede acompasar con el ritmo natural de la respiración convirtiéndose en una manera muy completa de entrenar la atención. Estas dos acciones, cambios posturales y ciclo respiratorio, se complementan entre sí a la perfección ofreciendo la posibilidad de observar en cada momento las sensaciones que van apareciendo.

Los ejercicios pueden pertenecer a la tradición del yoga, en concreto se pueden realizar posturas sencillas de Hatha yoga, llamadas asanas, de Chi-kung o de cualquier otra disciplina de este estilo. También pueden ser movimientos simples y sencillos como cerrar un mano, acariciarla o mover un brazo de una determinada manera, cualquiera que se nos ocurra. Es importante la creatividad. No es importante el movimiento que se realiza sino cómo se ejecuta

Las indicaciones a tener en cuenta son;

  • La atención tiene que estar en el movimiento únicamente. Se puede acompasar con la respiración.
  • No es preciso llegar a ningún sitio, ni conseguir ningún objetivo, ni realizarlo en un tiempo determinado. Sólo hay que prestar atención plena a las sensaciones que van apareciendo.
  • Las personas que presentan alguna limitación física, dolor o discapacidad, tienen que hacerlo siempre respetando sus límites de comodidad.

La versión de esta práctica realizada con movimientos sencillos la podemos integrar a la perfección en nuestras actividades de la vida cotidiana.

GUÍA DE LA PRÁCTICA – ACARICIAR CON LOS DEDOS DE LA MANO

Sentado, con las manos apoyadas en las piernas, la palma derecha se dirige lentamente hasta situarse encima de la palma izquierda. Los dedos de la mano derecha se desplazan hacia los dedos de la mano izquierda poco a poco. Se deslizan suavemente, tratando de sentir todas las sensaciones que nos regala el tacto, empezando en la punta de los dedos de la mano izquierda y deslizándose lentamente por toda la palma. Cuando se acaba se vuelve a la posición de descanso. La atención está en el movimiento de la mano y en las sensaciones táctiles. Se realiza dos veces. Cuando dejamos descansando las manos, prestamos atención a las sensaciones que quedan en esta zona del cuerpo.

Muchas gracias.

Puedes escuchar la práctica guiada en el siguiente enlace:

Práctica – Acariciar la mano

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